El amor entre buenos hermanos es especial.
El buen hermano te tiende la mano incondicionalmente,
conoce tus virtudes y defectos y a pesar de ello te quiere,
sabe escucharte, aconsejarte, consolarte.
El buen hermano te tiene siempre en su corazón y aunque
haya distancia física entre ambos, sabes que no estás sólo, pues vas
en el corazón del hermano.
No todo hermano llega a alcanzar ese grado de HERMANDAD
con sus hermanos de sangre, pues tal categoría no surge por el
simple hecho de tener esa relación sanguínea, sino que depende
de la valía humana y espiritual de cada ser.
Es un honor, un privilegio, tener Buenos Hermanos.
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