Las Dos Promesas hechas a mi padre: Cuidar su Familia y su Tierra.

El Río de la Vida: mis padres, la canoa y yo.Y cuando tu mirada retorne a tu interior, volverá la Canoa Invisible a conducirte al Río de la Transformación

domingo, 19 de diciembre de 2021

"Amarte joder, amarte"

 "Amarte joder, amarte"




Padre, hoy hace 11 años que te fuiste,

una mañana fría de domingo.

Fría como diciembre, fría como la muerte.



No soy la misma persona

desde que viví el proceso de tu muerte.

Fue un potente aprendizaje para mi.



Cuando supe que estabas

ante tus últimos días

a mi me pilló a 142 km y trabajando.

Lo dejé todo esos días

para acudir a tu lado

porque tenía algo

muy importante que hacer:

Acercarme, tocarte,

cuidarte, lavarte,

poner paz entre nosotros,

perdonarte,

soñar un abrazo tuyo….

Buscar el amor de un padre.

Y amarte joder, amarte.



Éramos polos de un mismo signo,

nos íbamos evitando,

ya sabes, la herencia genética,

de ti tengo algunas virtudes,

y también ciertas oscuridades.



Soy como tú, padre.

Capaz de la destrucción absoluta

y capaz de cosas hermosas.

Reconozco

el dios y el animal que llevo dentro.

He visto a ambos.



Durante años detesté

el animal que tú eras,

que eclipsaba la belleza de tu otra parte.

Durante años

me he afanado en domar

al animal que recibí en herencia.



Chocamos en algunas cosas,

ya sabes tú cuales...

Y al final mantuvimos

una "distancia de seguridad",

un acuerdo no escrito de "alto el fuego".



Y en aquella distancia calculada

yo seguí necesitando

la calidez, la ternura,

la valoración y el abrazo de un padre.



En la madurez de mi vida

ya no me engaño:

toda mi vida te he necesitado,

porque no hay nada que reemplace

el amor de una madre y de un padre

esa necesidad universal

de ser amado,

especialmente

por aquellos que te dieron la vida.



En aquellos últimos días tuyos,

cayeron tus escudos,

enmudeció el animal

y solo quedó el alma al desnudo.



Yo dejé mi animal en casa

y acudí a hacer algo que era vital para mi.

Acercarme, tocarte,

cuidarte, lavarte,

poner paz entre nosotros,

perdonarte,

soñar un abrazo tuyo….

Buscar el amor de un padre.

Y Amarte joder, amarte.



Yo hubiera enfermado

si no llego a poder estar a tu lado

en aquellos últimos días de tu vida.

Mi última oportunidad

de poner paz entre nosotros.



Hubo quien no entendió

que yo necesitara ese acercamiento.

Y no es fácil describirlo con palabras

porque son cuestiones trascendentales,

necesidades muy personales,

asuntos del alma….



Fueron días muy emotivos,

llenos de profundidad, vacíos de palabras.

Nuestro lado animal se silenció

para dejar que se expresaran plenamente las almas.

Y en ese diálogo interno

era suficiente con tu mirada.



Yo me había callado la percepción

que semanas antes había sentido

sobre tu mirada.

Tu mirada había cambiado antes incluso

de saber de tu enfermedad.

Tu alma ya lo sabía,

tu mirada tenía

una comprensión y una profundidad

que no engañaba….



Padre, hace ya 11 años de tu partida,

de aquellos días en que corrí a tu lado,

por una necesidad mía.

La necesidad de poner paz entre nosotros,

de buscar tu amor y de amarte.

Se nos acababa el tiempo, se nos acababa…



Cómo me gustaría

que la vida te hubiera dado

muchos más años

con esa nueva mirada tuya

llena de comprensión y sabiduría.

Y entonces

ese sueño mío de abrazarnos se cumpliría.



Y, dormidos nuestros animales,

hubieran dejado paso

a que se expresara el amor,

un amor que sana:

El amor de un padre a una hija

y de una hija a su padre.



19- diciembre- 2021