El encuentro de Constelaciones Familiares en Ibort
fue precioso. Profundo, Emotivo, Transformador,
Potente, Liberador.
El Camino de la Vida es una travesía hacia la
realización de nuestra particular misión.
En el camino de la vida, el Viajero recorre " paisajes emocionales",
todos ellos necesarios para seguir la marcha, pues son
trozos del camino hacia la realización del Alma.
Y el corazón, que es el núcleo de todo y el móvil
esencial de la existencia, entra en gran actividad durante
un taller de constelaciones familiares.
Durante las constelaciones familiares, el corazón
va recorriendo los paisajes emocionales propios y ajenos,
va abandonando las corazas y,
simplemente, fluye y se entrega a sentir.
Y es fascinante cuando sientes que el Ser actúa
sólo movido por el corazón.
Cada cual lleva un asunto de las relaciones
familiares que quiera solucionar, pero no
solucionar desde el intelecto, sino desde el sentir.
Y yo aproveché para tener un reencuentro con
mi padre, una 2ª despedida, donde puse totalmente
en paz las viejas diferencias que tuvimos, donde él
me pidió perdón, me dijo que no fue consciente de los
momentos de desamor vividos, que él no pudo dar aquello
que no recibió y me dijo que quería a todos sus hijos.
Y con gran emoción, le pude dar un largo abrazo,
ese que nos faltó antes de su muerte.
Liberadoras, potentes, profundas, sentidas,
conmovedoras estas constelaciones familiares.
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