Monteterapia: el viaje al Silencio, a lo Profundo,
y, sin duda, el puente a la Totalidad y a la Esencia.
Perderse en la montaña es, en realidad, reencontrarse,
es pura meditación.
Yo no he oido cantar a mi Alma tan alto y tan claro
como cuando me pierdo en la magia de la montaña.
Es el arte de la contemplación, es un despertar de la conciencia.
Es amor a primera vista, el lugar donde más siento a Dios.
Sería incapaz de dañar tanta belleza, semejante Creación,
y me enorgullece comprobar que mis hijos sienten lo mismo.
( cuando ves a un hijo, espontáneamente, recoger basura que otros tiraron
en el monte, piensas: - algo estoy haciendo bien.... )