Las Dos Promesas hechas a mi padre: Cuidar su Familia y su Tierra.

El Río de la Vida: mis padres, la canoa y yo.Y cuando tu mirada retorne a tu interior, volverá la Canoa Invisible a conducirte al Río de la Transformación

lunes, 27 de diciembre de 2010

TENGO EL ALMA ROTA EN TANTOS TROZOS QUE NO CREO QUE PUEDA RECOGERLOS TODOS


Fotografía de mi padre 50 días antes de su muerte.
Mi padre murió el 19 de diciembre de 2010
Con tan solo 70 años, y de manera muy
inesperada, ya que desde que ingresó en el hospital
por molestias de estómago y vómitos ha durado solamente
un mes, pues tenía un cáncer de páncreas con mestástasis.
Durante esas 4 semanas lo único que nos llegaba de
los médicos eran malas noticias: primero nos dijeron que
le calculaban de 6 meses a 1 año de vida; luego nos hablaron
de menos de 4 meses de vida; días mas tarde, dijeron que
2 meses. Y ahora me doy cuenta que en realidad querían
suavizar la situación, y cuando hablaban de " meses " en realidad
eran " semanas".
Mi padre quiso saber la verdad desde el principio, y sabía que
esta enfermedad lo llevaría a la muerte; lo que desconocía era
que fuera a ser tan rápido.
Lo que hemos vivido estas últimas semanas con mi padre,
va a ser inolvidable. Su entereza, su serenidad, su dignidad,
su sentido del humor hasta sus últimas horas de vida, van a ser
inolvidables y un ejemplo para todos.
Consciente hasta el último momento, finalmente eligió que lo
trasladaran al hospital para que lo ayudaran a morir. Lo sedaron
y 12 horas después murió.
Antes de la sedación, el cura del hospital lo confesó, por petición
suya y después, nos hizo entrar a los 11 hermanos y la madre,
para hacer la ceremonia de unción de enfermos. Fue un momento
precioso y triste a la vez, donde todos rezamos alrededor delpadre,
una oración mezclada con lágrimas.
Antes de que lo empezaran a sedar, uno a uno, nos fuimos
despidiendo del padre. No llegó a caer en una sedación profunda
en ningún momento, y se permitió sus conocidas bromas durante
sus últimas horas de vida.
Su forma de aceptar la muerte, su fortaleza, su temple,
su saber estar,
el no haberle visto ni un atisbo de negatividad, de miedo o
desesperación, nos dejan un recuerdo imborrable y un
ejemplo a seguir.
En la enfermedad, mi padre abandonó sus armaduras,
de hombre duro, algo inaccesible, y se dejó hacer.
Y fué a través de esa debilidad cuando pude
acercarme a él. Ya no recordaba lo que era acariciar a
un padre. Jamás lo había peinado, lavabo o ayudado
a vestir, hasta su enfermedad.
Y todo lo que hacíamos por él lo hacíamos con AMOR,
olvidando totalmente los duros momentos del pasado,
olvidando las diferencias que he tenido con mi padre,
y no me he sentido nunca tan cercana al AMOR INCONDICIONAL.
Y a mi padre le llegó ese mensaje de AMOR de su mujer
y sus 11 hijos y se fué sereno y seguro de que el amor
permanecerá. Seguro del amor de su familia.
En la chaqueta del traje le metimos dos cosas que él había
pedido: la bandera de España y un crucifijo. Y dos cosas mas:
una foto de toda la familia y una carta de despedida que le entregó
su hijo pequeño, de 18 años, y que leyó antes de morir.
EL AMOR PERMANECE.
EL amor siempre encuentra un camino y nadie muere
si vive en el corazón de otro.







2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien creo que algun trozo no podre recogerlo!!!
Gracias por esta reflexion tan bonita y certera. Fueron unos momentos tan duros y a la vez tan intensos y gratificantes que nunca los podre borrar de mi memoria.
Gracias a ti papa por dejarme estar a tu lado y dejar mi corazon limpio y sereno.
Siempre estaras con nosotros. Te queremos.

Yogui del Pirineo Aragonés dijo...

Imborrables, así es.
Jamás nos olvidaremos de la oportunidad que papá nos dió de acercarnos a él, un hombre tan inaccesible.
Quedará siempre la pena de que fue un momento fugaz, apenas unos días,
y hubiéramos querido tenerlo por mas tiempo, sin dolor, sin sufrimiento. Y no fue posible.
Mercedes me dijo hace pocos días algo muy bonito: que a pesar de la " dualidad " de papá ella lo quería, sabía que en el fondo papá quería a todos sus hijos y qué mejor ejemplo que ver que hasta en sus últimos días, las prioridades que marcaba en su libreta era solucionar asuntos de sus hijos, de Carlos, de haber cómo cabríamos todos en un solo apartamento, etc..
Le contesté que a papá le queremos todos sus hijos. De no ser así, ahora no estaríamos tan derrotados.