Un día, un discípulo de Buda le preguntó qué era la MEDITACIÓN, a lo que el Maestro contestó:
- Un monje llega a un bosque o al pié de un árbol o a un solitario lugar en las montañas y, una vez allí, se sienta con las piernas cruzadas, manteniendo el cuerpo recto y fijando su atención delante de él.
- ¿ Y después, qué hace?, preguntó el discípulo, creyendo que la MEDITACIÓN era algo muy complejo.
- Entonces, dijo el Maestro, - atentamente inspira, atentamente espira.
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