Los Muertos en Vida son fáciles de identificar. Son aquellos seres enfocados en la codicia, que no dejan
que sus corazones florezcan,
son cuerpos que caminan respirando inconsciencia,
son seres que viven aparentando.
Los Muertos Aparentan amar, aparentan ser felices,
aparentan vivir, aparentan saber, aparentan disfrutar.
Sólo aparentan.
Palabras como poder, estatus, dinero, bienes, prestigio,
prosperidad,etc.. son una constante en sus bocas rígidas que
ya no recuerdan cómo era sonreir. Bocas muertas a la sonrisa.
Muertos son también los que maltratan, explotan y manipulan
a los demás para sentirse importantes, superiores.
Muertos son también los que no se atreven a vivir su propia vida,
los que temen a los cambios,
los que no se atreven a crecer.
Vivir o estar muerto en vida es una ACTITUD ANTE LA VIDA.
La clave está en PODER SENTIR,
para lo cual hay que ABRIR EL CORAZÓN.
El que da ese paso, vive un RENACER, siente la dicha de estar vivo,
ve la Divinidad manifestarse en todo y en todos, ya no es el mismo,
obtiene profundidad y sensibilidad, identifica las cosas que
verdaderamente importan.
Para sentir , para dar los primeros pasos de apertura, ha
de caer la CORAZA INTERNA que tantos años hemos ido
construyendo, una coraza que asfixia a medida que uno da
los primeros pasos hacia la apertura.
Para sentir hay que ser valiente, porque para sentir
hay que tener la valentía de volverse vulnerable.
Par desarmarse hay que escuchar la Voz Interior
que nos implora un cambio, apagar el ruido de la mente,
expresar los sentimientos, ser agradecido, liberar las emociones,
expandir nuestra luz,
Para desarmar la coraza hay que hacer lo que uno sienta
sin importar para nada la crítica, los juicios.
Cada paso que damos construimos nuestra realidad,
cada ser es el constructor de su propio mundo y es el
impulsor de los cambios que se den o no se den en él.
Debemos volvernos CONSCIENTES, DESPERTAR,
ABRIR EL CORAZÓN.
Para vivir de verdad, hay que SENTIR
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